Romero, tomillo, alucema -lavanda- , cantueso, amapola o mejorana son algunas de las plantas aromáticas autóctonas de Granada con las que las abejas de la zona elaboran la miel que cientos de apicultores anónimos recolectan para el disfrute de los paladares más exigentes.
Juan Ruiz es uno de los ‘maestros’ colmeneros granadinos. Cuida de las abejas de sus suegros desde que se casó “hace más de 60 años” y se quedó “con unas pocas colmenas que hoy son alrededor de 100”, explica el octogenario apicultor.
“No he conocido en mi vida otro año de miel tan bueno como éste”, apostilla Juan, quien señala que habrá recolectado “unos 1.000 kilos entre miel de romero, que está muy blanquita y muy buena, y miel de mil flores, aunque no es 100% mil flores, porque tendría que haber esperado a finales de agosto para castrar las colmenas con todos los tipos de néctares diferentes”, explica.
Asimismo, el apicultor comenta entre anécdotas divertidas y curiosas que no le pican las abejas porque les conoce “los días”. “Algunos tipos de vientos no les sientan bien y te pican porque están más revoltosas”, asegura.
“Las abejas son necesarias para que muchas plantas florezcan. Sin su polinización el campo como lo conocemos desaparecería”, manifiesta.